Wednesday, December 03, 2014

Salmos

¡Ay, Dios!
¿Hay Dios?
Varios
días,
noches,
lágrimas,
reproche
de amor,
de ansias
de letras
que no sacian
papeles
que tienen
la vida
ajena
a cuestas;
Mi dolor
ya no es mío.
Ya es frío,
ya es eterno;
el infierno
no asusta,
no los monstruos,
no la muerte;
hoy, la vida.
Hoy, de día,
pero noche
de lágrimas,
de heridas.
¡Ay, Dios!
Adiós
dolió
más que Hola,
más que Nada,
más desgarran
las palabras
que sus besos.
¡Ay, Dios!
No le dije
que la amo,
pero que
aún me late
el corazón.
¡Ay!, le dije
que la amo
en mi mente
y nada más
más no escucha
ni me mira.
Ya camina
por su senda;
no la mía,
no me espera.
Yo la lloro
y no dije
ni Adiós
ni Te Amo
A Dios
sólo pido
no más vida;
no suplicio,
no su cruz.
¡No más vida!
No me mira
ni se piensa
como amor
del que hablele
e ignoré
que era ella.
A Dios pido
misericordia
por haberle
empapado
esos ojos
que me olvidan,
me deboran
y no matan,
y me miran
y me hablan
de amor
y no puedo
contenerlo
ni seguir
sino vivo,
sino en ella
¿Hay, Dios,
redención
al pecar
por amor,
por amar,
por callar
por error?
Porque no
la amo
mas quisiera
que me quiera
aunque sepa
amarla no.
Odios
ebrios,
ciegos,
negros,
yertos,
como yo,
como la noche,
lúgubre,
estrellada,
empapada
de rocío
humano
y de reproches
y letras
y sombras
porque vi
caer tardes
noches lágrimas
dolorosas
y no hay tiempo
ni espacio
dónde
esconderse
por ser todo
innecesario.

Thursday, November 06, 2014

Victoria sin justicia no es victoria

Los medios de comunicación, las redes sociales, las redes sentimentales, los simples mortales; todos tienden a formar dicotomías, contraposiciones, lo uno contra lo otro (incluso cuando es un mero lo uno o lo otro).

Dicho sea de paso, la lógica preposicional de la conjunción y la disyunción ha sido reemplazada por la contraposición. No son más mis ideas y/o las tuyas. Son las mías contra las tuyas, están contra las tuyas, van contra las tuyas, arremeten y deben prevalecer. La reinventada ley de la selva, hoy de fibra óptica: la idea más extendida y generalizada gana, aquella que más se repita se reivindica. Ya no hace falta levantar más la voz para tener más razón. Hoy somos números que saltan de barra en barra dentro de un diagrama buscando hermandad de ideas. La singularidad ha perdido su encanto, su razón de ser.

Y sin embargo hoy hablamos de pros y antis: Pro-modernidad, anti-cíclico, pro-inversión, anti-sistémico. No nos molestamos siquiera a presentar 2 o más ideas como opciones o variables. Lo complementario pertenece automáticamente al mismo bando aunque los fundamentos sean distintos. Todas las ideas deben enfrentarse. Una debe salir victoriosa. Mas victoria sin justicia no es victoria, y no me refiero a la primera y prostituida acepción según la RAE, sino la tercera que le da a las cuestiones una justificacion y una razón. Una victoria solo puede ser una victoria si hay una lucha de por medio, una disputa, una brega, un sentido. Para una victoria una de las partes ha de apabullar a la otra, dejarla sin argumentos, humillarla sin atacarla, desacreditarla sin insultarla, volverla irrelevante e irrisoria frente a sí.

Por eso cuando oí a alguien decir que la distancia ganó al corazón no pude sino pensar en tibios argumentos. Incluso la lamentación carece que un tono lapidante, carece del dolor de la derrota y suena más a un enunciado estadístico.

¿Será que con esto de los bandos nos hemos vuelto melancólicos, presurosos por acoplarnos a una de las facciones y, dentro de sus casillas, quedarnos en la cómoda inacción de no poder crear un nuevo frente, comenzar una resistencia? Curioso, pues mis ideas están contra las tuyas, van contra las tuyas, por lo que uno de los dos ha de estar equivocado, pero sólo percibo falta de espíritu de lucha en ti. Te contentas con tener la razón o con aceptar las razones del otro en vez de ofrecer resistencia, desbordar tus propios bordes, vencer tus propias limitaciones, desafiar el status quo.

Lo que falta en tus palabras no es razón o convicción, medios lingüísticos o inteligencia, sino más bien pasión y sin una victoria que sea contundente no puedo aceptar un tibio triunfo de la distancia sobre el corazón, aunque la batalla sea enteramente tuya. 

Wednesday, January 19, 2011

Productos no terminados

Todo cuanto conocemos está sujeto a la erosión del tiempo, incluso algo tan etéreo como los pensamientos, los sentimientos. Nietzsche postuló la idea del eterno retorno, die ewige Wiederkehr. Yo postularía la idea del eterno desgaste.

Nuestras manos son tan pequeñas y nuestros medios humanos son tan superfluos que jamás llegamos a lograr lo que creemos que logramos, nunca llegamos a ser quienes creemos que somos, nunca llegamos a construir lo que creemos que hemos logrado; todo, incluso nuestras existencias, es una mera proyección de nuestras expectativas, de nuestras idealizaciones. Quizá mi idea de reconocer desesperadamente esta «realidad» no es más que un intento por escapar de tal desgaste eterno, reconocer que nunca llegaré exactamente a ser lo que espero o lo que creo que ya soy por estar en constante cambio. Quizá no sea más que un infructuoso intento, pero quizá reconocer que no eres la misma persona que conocí hace unos meses, quizá reconocer que no piensas ni sientes igual que ayer me ayude a entenderte hoy y quererte como quien eres hoy; quizá reconocer que logramos construir mucho pero que también hay mucho que no podemos proteger del desgaste, quizá reconocer que nunca llegaremos a ser productos terminados nos ayude a complementarnos.

Quizá sabiendo esto no nos engañemos unabsichtlich ni nos decepcionemos de nuestras limitaciones como mortales soñadores que somos. No pretendo detener en mi corazón lo que una mano misteriosa ha puesto en movimiento. No puedo pretender que mis deseos son estáticos, lo que siento y quiero lograr contigo cambia día a día, madura, metamorfosea, muta, evoluciona, renace, deja de ser si mismo en esencia para ser algo más profundo. Muchas cosas cambian tanto que nunca más se encuentran a si mismas ni se reconocen al ser comparadas con el pasado. Es ahí cuando notamos que las cosas se han desgastado y que nuestras proyecciones e idealizaciones solo ayudaron a cegar nuestros ojos para ver lo que creíamos ver, a impedir darnos cuenta que cada día somos alguien diferente. Cuando te veo, ya no eres la misma de hace medio año, ya no significas para mí lo que significabas hace medio año, quizá sea porque me siento domesticado*, quizá porque siento que contigo sí puedo alcanzar algo que no pude en mi antiguo ridiculum vitae amoroso. Te veo y siento una extraña esperanza de saber que de algo sirvió equivocarme pues ahora sé lo que quiero, una extraña sensación de saber que esto era lo que esperaba pero que no sabía que llegaría contigo. Para escapar de ese desgaste tendríamos que reinventar todo cada cierto tiempo, encontrarle gusto y cariño a las esencias en que nos convirtamos cada día, semana, mes o año que pase. Para eso no basta únicamente contruir puentes que conecten tus corazones con los míos, que transmitan con cuidado nuestras ideas o palabras.

En algún momento el amor, que se desgasta y crece constantemente, podría terminar convirtiéndose en un amor que quizá no reconozcamos como nuestro. En algún momento el amor que nos tenemos probablemente se desgaste. Cuando se desgaste todavía me quedarás tú y quiero saber amarte cambies mucho o cambies poco; quiero saber amarte como a mí mismo, no como a alguien a mi costado, sino como a alguien que es parte de mí. En algún momento quizá el amor no sea suficiente para decidir seguir juntos, en algún momento quizá tengamos que echarle mano a los sueños, a las expectativas, a los Bauchgefühle.

Hace tiempo escribí algo sobre la imposibilidad de amar a alguien que no fuera familia, que no existe un amor sincero y despojado pues, al amar, uno espera lo mismo de la otra persona. Lo reconozco, mi amor es imperfecto y espera mucho de ti, pero hay algo que me hace pensar que puedo madurarlo: tú.

Las ideas que tenía hasta hace poco, cambiaron tanto desde que llegaste a mi vida que ya no me reconozco, ya no pienso como antes, no espero lo mismo que antes; aunque no pediste nada a cambio, silenciosamente fui mejorándome a mí mismo para sentir que correspondo a ese amor que me ha refundado. Eres la primera persona que me hace querer ser alguien mejor y que ha podido mermar a mi orgullo narcisista dejándolo de lado, eres la primera persona con quien me gustaría hacer planes de verdad, la primera persona a quien realmente busco merecer.

Wenn du den Richtigen gefunden hast, halte ihn fest.



* Léase «El Principito», cap. XXI

Sunday, November 07, 2010

Días antes que llegaras

Angie Hon


Todos los que aman tienen un defecto, tienen el corazón blando, sujeto a lo volátil de los sentimientos. Son como un tallo que se alejó de la tierra demasiado rápido y que no sabe soportar los embates del viento o la más dulce brisa. Cuando te conocí fui descuidado, bajé mis barreras pues no tenía nada qué proteger y tiré mis semillas al suelo pensando que no valía la pena seguir esforzándome por cultivar algo como el amor, dejé de creer en mí mismo y dejé crecer algo sobre cuyos hombros solo puse el peso de las decepciones pasadas. Y a pesar de todo, un tallo insolente con su propio destino se abrió camino entre los escombros de mis sonrisas y atravesó mi decepción. Algo que no quería que crezca creció sin mi permiso y sin el tuyo. Aunque no quiera admitirlo de buenas a primeras, el refugio que el tallo quería para sí son tus manos, que sean el soporte que las envolverían y protegerían de cualquier viento.

Tus manos me han dado el soporte necesario para mantenerme firme estos meses que mi tallo ha seguido creciendo como una torre de Babel empecinada con alcanzar su cénit en el cielo. Mira qué fácil me ha sacudido en viento sin tu protección estos días que tus manos decidieron seguir a tus pies en busca de un refugio contra mis palabras. Mis raíces no han hecho más que aferrarse a recuerdos y pensamientos estos días para mantenerse en tierra. Sin embargo, a pesar de la confusión que pueda haberte causado, no retractaré lo que dije ni me disculparé por sentir como siento sólo para que tus manos vuelvan. Si estarás a mi lado, quiero que sepas por qué estoy yo al tuyo.

La razón por la que los árboles de mi clase existen casi únicamente en las novelas es porque las condiciones óptimas para crecer sólo existen en los libros, en los papeles que aguantan todo y que mienten mucho. Por eso los árboles del amor son tan raros en este mundo, que nunca fue un buen hábitat natural para nosotros árboles que amamos y que nos alimentamos de sueños; hay demasiada realidad alrededor, hay demasiado viento, hay muchas pisadas descuidadas que no ven nuestro atrevido despertar. Sobre todo, hay manos que solo saben moverse horizontalmente y nunca verticalmente. No hay manos que sepan moverse como nosotros. Dime, ¿qué historia memorable no ha nacido de un sueño que al despertar pareció ridículo?

Ahora me ves ya algo crecido, balanceándome sobre mis propias raíces y moviendo mis hojas como poseído. Lo cierto es que si me ves moviendo así mis hojas es porque busco llamarte, que vengas a mi lado de nuevo a brindarme tus manos. Los árboles no somos como los humanos que podemos ir de aquí para allá bucando el mejor lugar que nos convenga. Los árboles del amor sólo sabemos crecer allí donde nuestras raíces abrieron sus entrañas. Nuestra fidelidad está con la mano que nos ayuda a crecer. Tú puedes huir, yo sólo puedo esperar a que te decidas.

Algunos amores duran un tiempo, algunos amores duran una vida. Yo no tengo tus respuestas, Hon, Solo tengo buenas intenciones y aunque los dos seamos buenas personas, aún no hay nada que nos diga que somos buenos el uno para el otro. Hasta saber la respuesta, quisiera estar a tu lado, hasta que me alcancen las fuerzas. No necesito que sepas en estos momentos para qué me quieres en tu vida, me basta con que me quieras de verdad, todavía. Si con sólo unos meses en tu vida me nace soñar contigo, no te avoques a pensar en las posibles razones de mi supuesta locura; piensa más bien en todo aquello bueno que veo en tí, en tu corazón y que me hace querer soñar contigo.

Días antes que llegaras me propuse vivir sinceramente, sin engañarme o engañar a otros con sueños que me permitieran seguir vivo o promesas que no fuera capaz de cumplir. Aunque no lo haya querido admitir desde un primer instante, en algún momento querré que seas tú esa inspiración, ese motivo por el cual vale la pena ser feliz con alguien y compartir sueños.

Vertraust du mich?

05.11.2010

Saturday, July 17, 2010

Vete

Vete, vete, vete
Antes que yo
Pueda desatar
Mis manos de estos harapos

Vete, vete, vete
Antes que yo
Sepa confundir
Mis ánimos con tu reflejo

Vete, vete, vete
Antes que yo
aprenda a hilar tu cabello
termina en mi armadura

Como podría adivinar?
Como podría adivinar?
No sabría, no sabría
Cuanto puedo extrañarte

Vete, vete, vete
Antes que yo
Antes que yo
Intente evitarlo

«Lucybell - Sesión futura»

Sunday, June 20, 2010

La palabra que tanto esperas

Angie Hon

Las semillas de tu encanto van trayendo la imposibilidad de esperar a que todo sea perfecto para pugnar por el derecho a ser tu hombro, tus abrazos o el sueño aquel que jamás querrías compartir. Las semillas de tu encanto van creciendo desde que creí encontrar en tu silencio un deseo apresurado, en tus palabras un apoyo, en tu peculiaridad un espejo. Las primeras noches recuerdo que tu luz era intermitente; que a veces sonreías y a veces, no… y eso me hacía inseguro de mi mismo. Y como la inseguridad es un sentimiento apresurado, pero profundo, me quedaba en vela escribiéndote como si te hablara al oído, como si entendieras lo que digo.

A estas alturas, debería saber que para llegar a los corazones sinceros nunca hay atajos. Las palabras no son más que una añadidura que bien podría obviar, pues con palabras siento que no llego a tu corazón. Un dios insensato, uno de esos que andan desnudos por las nubes tendiendo puentes entre las almas con flechas puntiagudas, ha puesto en marcha algo que mi corazón humano no sabe detener. Tienes no más que cinco suspiros de edad en mi vida, pero ha sido más que suficiente para dejarme sin aliento cada vez que he pensado en abrazarte sin que se me ocurra alguna razón justificable.

Me pregunto si encontraré la victoria en tu corazón lleno. Me pregunto en qué piensas cuando se me escapa un te quiero. Me pregunto con qué sueños fantaseas en tu mundo y cómo es que construyes la realidad alrededor tuyo. Me pregunto si piensas que también hay quienes alrededor tuyo construyen parte de tu realidad y sueñan integrarla, compartirla; me pregunto si te das cuenta que hay alguien mirándote, a veces de lejos, a veces de cerca, esperando que en algún momento dejes de fantasear en tu propio mundo y que te prestes a lo que sea más propicio.

Debo tener cuidado de dar un paso en falso. Debo escalar tu mundo y vencer ese silencio que me hace sentir que mis palabras son más claras y sugerentes de lo que en verdad son. Lo cierto es que mi mente da siempre pasos en falso intentando mitigar sus limitaciones, pero ¿sabrá dar mi corazón pasos en verdadero para alcanzarte?

La chica que dudaba de los caramelos

Siempre nos encontrábamos en los lugares más inesperados, sorprendidos por la repentina baja en nuestras defensas que suponía el estar a menos de 10cm de distancia. Traspasar esa barrera imaginaria era como despertar en una jungla inhóspita, ajena al reposo y la calidez. La primera vez que la ví fue amor a primera vista. Sus ojos aparecieron a 10cm de los míos tan repentinamente que sólo pude atinar a ver que me atravesaban por completo, que querían huir mas no podían.

La primera vez que la conocí me dijo que dudaba. Yo tenía la plena seguridad que hasta hace unos segundo había estado conversando con una querida amiga que me inició en los cafés literarios, en la música rebuscada, en la búsqueda de mi propio subconsciente dentro de sus retorcidos juegos suicidas. Sin embargo, allí estaba ella, como si me conociera de toda la vida, como si la conociera de toda la vida, diciéndome que dudaba.

Poco a poco la dicotomía fue haciéndose comprensible a fuerza de desgaste más que por entendimiento, me acostumbré a que aparezca cada vez que mi amiga estuviera más de 10cm cerca de mí. Creí en ella casi como en un dogma y decidí luchar por ella con las manos en alto, por un motivo aparentemente claro. Poco a poco las piernas de mi amiga fueron perdiendo esa droga que exudaban, se fueron devaluando entre mis labios, entre mis uñas, por más que me internara en sus rodillas, excavase en sus tobillos, desgarrara sus muslos. Pronto empecé a verla como un mero puente entre ella y yo, como una mercenaria que cobraba en mi desespero la extorsión del día antes de darme la libertad pasajera y efímera de ver a ella, de escuchar sus dudas. Poco a poco fui estrechando esos lazos hechos de ilusiones, fui adoptando y educando sus inseguridades.

Ella había olvidado cómo ser humana. Era un ente superior que había encontrado la espiritualidad en lo ambiguo de no ser, del nunca ser. Su disconformidad crónica con su propio ser, con su propia felicidad surcaba sus ojos, le daban esa profundidad. Más bien, ese vacío. Yo siempre le dije a ella que la vida era tan fácil como una pequeña adivinanza en la que nos enfrentamos a dos manos con un regalo oculto en cada una. Algunos, sin saberlo claro, escogen la mano que tenía un caramelo como premio. Algunos, por azares de la vida, escogían la mano que tenía dos caramelos. Ambos tenían un caramelo al menos, ambos tenían una vida que vivir al menos. Nadie más adecuado para corroborarlo que un niño de 2 años, que no sabe de caramelos, de cantidades, de vidas o dioses. Sea uno, dos o diez, la felicidad es tan simple como tener un caramelo, tan simple como saber cómo disfrutar al máximo ese caramelo. Tan fácil como creer en el caramelo y querer obtener lo mejor de él. Yo me denigré hasta verme como uno y ella olvidó cómo ser humana.

Sus puntos de vista se desvistieron de todo vestigio de inocencia, de ignorancia. Sus ojos odiaban no saber ver las respuestas, no saber encontrar los beneficios en las entrañas de las oportunidades. Siempre decía que en la otra mano habían dos caramelos y que, sabiéndolo, era imposible encontrar el zen, que era un ejemplo resignado y tercermundista, derrotista, virreynal. Siempre intentaba verlo todo desde arriba, como un Dios que quita y que da a despecho o a capricho. Ella decía que lo único que sabía que para mí ella era la mano con un solo caramelo, que había otras personas que me podrían hacer mucho más feliz que ella. Ella decía que yo bien podría valer tres caramelos o cuatro sin muchos problemas. Eso era todo lo que ella sabía, y de ese único saber nacían todas sus dudas. Ella dudaba.

Nunca encontré el camino para llegar más allá de su garganta. Me mascó con la furia de sus dudas a flor de piel. Ella siempre me rumió entre sus dientes nacarados, nunca me dio paso hasta su corazón y no me dio más cobijo que su tibia saliva ni más alimento que sus muslos roídos. Ella creía ser deidad y ver las cosas desde un punto más elevado. No sólo fue elevado sino que también ignorante, forastero, desconocido. Ella creyó haber encontrado la respuesta y salió a la búsqueda de la mano que se llevaba el caramelo huérfano, quizá creyendo entender la metáfora. Quizá creyendo que al hacer un mal copiado voto de pobreza encontraría en la orfandad del caramelo solitario la respuesta a sus dudas. Ella no entendió que sólo una vez en la vida se nos da a escoger entre dos manos, caramelos más, caramelos menos.

La palabra que tanto detestas

Despedida


Vuelvo a respirar, pero ¿a qué precio? ¿A costa de tu aliento, de tu calma? Siento haber callado tanto tiempo para tomar por asalto tu paz y tu sosiego. Te he invitado a bailar de nuevo el interminable vals del gato y el ratón que tanto hemos bailado, pero tus ojos no me siguen y tus pies no sé si quieren. Tan solo con el roce de tu mano podré saber si es que el tiempo en este suspiro desaparece o si debo esperar, esperar a que el salón quede libre y desierto para poder seguir bailando, seguir pisando nuestros pasos cual torpes danzarines hemos sido siempre. Si algo me ha enseñado tu mano es que tu corazón es mi casa, y si algo me ha enseñado el silencio es que se ha quedado sin corazón tu aire. Si algo me ha enseñado tu ausencia es que el camino a seguir de ahora en adelante no gira hacia atrás.

Este silencio me recuerda tanto a tus dudas, tanto a las luchas por ser aquel con el derecho a tus abrazos. Yo también me equivoqué al pensar que no tengo nada más que ofrecerte, al pensar que ser pasivo era ser ecuánime e inteligente. Qué más quisiera que poder dedicarte mis decisiones más férreas y robustas, que veas en mí coherencia entre lo que digo y lo que hago. Desminaría tu amor con las manos desnudas así tuviera que saltar en mil pedazos, en una lluvia de impotencia y frustración, por encomendarle al tiempo la tarea que no pudo hacer mi corazón: curar tus heridas, por ejemplo.

¿De qué me sirve dedicarte mi insomnio o mis letras si no puedes ver en ellas la persona que soy por dentro? ¿De qué sirven los brazos si no pueden alcanzarte siquiera? Quisiera dedicarte algo más que esa palabra que tanto detestas, o algo más que ellas que hace tanto no digo. Los reproches pasados de moda no han hecho más que llenarse la boca de polvo y olvido. Mas si quisiera dedicarte algo, ¿qué te dedicaría? Te escribiría en un beso un poema de bienvenida invitándote a mi vida. Ojalá pudieras ver más que silencio en mi silencio. Solo intento exorcizar el miedo del miedo a perderte. Pero sé que cuando se me agoten las palabras, no podré soportar el miedo a tu lejanía y saldré detrás tuyo; que cuando se me agoten las palabras tu corazón me consumirá de angustia.

Sin embargo, mientras tanto, mientras en tu corazón aún no haya espacio para una primavera o una carta lastimera, mientras se consuman las horas y me consuma la espera, no se me llega a ocurrir del todo cómo demostrarte que apuesto por tí todo cuanto soy, ya no por un pasado, sino por un mañana entre tus manos. Sólo se me ocurre la palabra que tanto detestas para acercarme a tí, sincero.

Y si mi voz ya no alcanza a tus oídos y mis palabras quedan vacías en el aire, tan sólo déjame demostrarte con actos o con gestos que en realidad fuiste quien completó e hizo humanos a mis brazos, los mismos que te esperarán siempre y que te recordarán siempre con cariño. Déjame decirte antes que un lo siento, el te quiero más sincero, el te quiero que no te abandonará aun si espero o si muero. Gracias por los años compartidos y por haber caminado conmigo. Es hora de tomar caminos separados.

Útero, 12 de abril de 2010, 2:45am,

Cada paso en falso viene de otro corazón

Si la gente da pasos en falso, ¿sería válido pensar que también puede tener pensamientos en falso, incluso latidos en falso? ¿Por qué no? ¿Acaso nuestro cerebro o nuestro corazón son menos infalibles que nuestras extremidades sólo por estar confinados dentro nuestro?

Estoy un tanto seguro que si me limitara únicamente a escuchar a mi corazón, las cosas serían mucho más fáciles. Sin embargo, cada vez que escucho (o creo escuchar) su corazón dándome esperanzas en su silencio, dudo y desvarío. Cada vez que intento darle ánimos a un latido, hay una voz en off que desconcentra su ritmo. Cada vez que pienso en alguien quien podría renovar mis fuerzas, un corazón ajeno al mío pretende que no lo olvide y me aferra al pasado. Y a pesar que siento la presión de sus manos que intentan no soltarse, no logro a ver su rostro, ni logro menos sentir el tibio humor de su proximidad. Más parecen ser unas tenazas que vuelven desde algún momento incierto del tiempo a mantenerme estático en lo inmenso de la duda.

El corazón se ve afectado directa y proporcionalmente por la realidad real, la realidad mental y la realidad sentimental. Por lo tanto, ¿por qué habría que amputarle a las respuestas un brazo o una pierna para verlas como entes separados cuando todos son una unidad? Para qué separar lo emocional de lo real si así no podrá ser entendido en toda su escala. Y así como no hay que cerrar los ojos a las realidades, tampoco hay que cerrar los oídos a los consejos, a los instintos ni a las señales. Die Frage jetzt lautet: Soll ich wirklich meinem Bauchgefühl dieses einziges Mal folgen?


Me pregunto si yo acaso no seré para ella también un corazón ajeno y que, queriéndolo o no, doy a otro corazón esperanzas con mi silencio o que, por el contrario, lo hago dudar, desvariar y dar un paso en falso para que tropiece y pueda yo correr detrás de ella con los brazos abiertos.

Flashbacks

Título original: «Suspiros de desesperación», Diciembre 2002

Sádico es comparar los significados retóricos de los dolores de otros con el dolor mío para aparentar que todo está bien, comparaciones que llegan a consolarme al verme tan deshecho... sínico es darme esperanzas para mañana cuando te necesito hoy, ahora; sólo lavo mis heridas, límpiolas y ábrolas, con un beso de paz y una caricia de extremaunción, enterrando el dolor en la primera tinta que encuento, atizando lallama de la adsurdez con un suspiro de desesperación, con un clamor por ti al haberse incrustado las esquirlas del dolor de tu ausencia en esta tarde. Recordarte es cruel, es como verte revisando tus huellas y sin el menor reparo pasando por mi lado sin quererme ni quedarte... cruel soledad de papel y sed epitelial de sentir en mi cuello tu respiro y sentir cómo me abrazo a tu espalda y olvido quién soy.

Estuve pensando en lo relativo del tiempo y de su rapidez al pasar por nuestra vida, o la rapidez con la que atropella en algunos casos. Pensar que 15 minutos de silencio no intencionado podían tener un efecto tan devastador como una negación a la vida. Pensar que han pasado 8 años desde que escribí algo y muchas otras cosas con el corazón y pensar que pensé que éstas se mantendrían invariables.

Qué lástima que las cosas buenas nunca tengas los finales antológicos que les pensamos alguna vez. Yo quería un final de cuento de hadas, al menos un amago; algo bonito que pudiera luego recordar, no algo a lo que le buscaría eternamente las falencias. Algo que me ayudaría a crecer y no algo que me estancara un par de años en el tiempo.
Ya que anoche la incógnita quedó en el aire, siento la necesidad imperativa de aclarar un poco un tema tan controversial como por qué despeinaría alguien a otra persona por cariño.

Mis amigos más cercanos saben ciertos detalles y extravagancias mías, como que me encantan los sabores raros como el helado de pimienta, me encantan los postres y generalmente pido dos o tres diferentes cuando salgo a comer, o quizá salir de mi casa a medianoche para caminar, escuchando música, fumando un cigarrillo y meditando, así como cortarme el pelo yo solo, entre otras peculiaridades.

El cabello siempre tuvo un significado peculiar. Quizá porque mi abuela era peluquera. Recuerdo que siempre se hacia la "permanente" y también recuerdo que cuidaba con celosas ganas su pelo de carnerito, esponjoso, enrulado. En cuanto alcancé la estatura necesaria y después de superar algunos dilemas existenciales de púber en crecimiento, empecé a despeinarla con todo mi cariño. Y si bien hasta ese momento no éramos muy unidos, ni éramos de darnos besos o abrazos, el despeinarla creó un vínculo peculiar. Curiosamente, la primera chica de quien me enamoré me cautivó por su cabello.Primero, negro azabache intenso y largamente lacio, con un brillo capaz de iluminar todos mis sábados. Luego el negro se convirtió en un fucsia fosforescente. Sin embargo, no. No es cuestión de fetichismo. No es una cuestión de cabellos bonitos o llamativos.

Fue así cómo el cabello adquirió un significado tan importante y personal para mí. Empecé a cuidar más del mío, a jugar con él, con diferentes peinados, incluso con colores. Desde hace un par de años no he vuelto a ir a una peluquería y me niego rotundamente a hacerlo. Probablemente si alguien de buenas a primeras se atreve a despeinarme, me molestaría terriblemente. Sin embargo, es tan bonito que te despeine la gente que quieres... ☺

Cabellos más, cabellos menos, despeinar a otros es mi manera personal de demostrar mi cariño con más que besos, abrazos o palabras bonitas

Saturday, May 22, 2010

Por qué me gustas

Porque pensé que eras débil y quise cuidarte
Porque me equivoqué y no lo eres
Porque me gustaron tus lentes
Porque tu cerquillo liso tentó a mi mano
Porque te conocí y sonreías
Porque hasta ahora no te he visto molesta
Porque si lo hiciera me gustarías aún más
Porque me gustas messy as you are
Porque caminamos a tu casa alguna vez
Porque sólo he sentido tus manos clandestinamente
Porque me ayudaste a entender que era humano
Porque admiro cómo te esfuerzas
Porque me encantan tus fotos
Porque olvidas con extrema ligereza
Porque aunque olvides me inspiras respeto
Porque he compartido tus frustraciones
Porque confiaste en mí sin pedir garantías
Porque esperas mucho de mí
Porque al menos eso creo
y porque aunque me equivoque,
no tendría problema en darte todo lo que soy.

Wednesday, June 03, 2009

La banca se sienta a esperar y me da la espalda

Este poema
. ¿quién te recordará algún día?
osa preguntar
desde su carcarón maltrecho
busca la grandeza de un no sé cuál
. que yo no sé, que nunca tuve
se aferra a mis amígdalas y grita desde allí
y su voz son palomas mensajeras
. que defecan en mis ojos,
busca robar las fronteras que compartimos
. egoísta como un gato efímero
como si las memorias lo fueran todo

lo que quede de él
y sus huesos incomprendidos en alguna
antología con viñeta de rarezas
. junto a aquellos que imitaron bien a algún
que se yo, cisneros o eielson
o fueron copia fiel de sus pesadillas de verano
. quien sabe, quien sabe
quiza en una de mis vidas pasadas le di el permiso
el indecente permiso de buscar entre mis carroñas
. y aun sigue igual de necio comola pobreza
como los gobiernos, como las balanzas que se creen
dueñas y señoras de las verdades
. como si abrazar o amar supieran! habrase visto
mas tengo caca en las pupilas
barricadas en el cuello
impulsos de poeta novel que juega a la guerra al destino
. con la polvora de estrellas que su Venus rechazo
y esperanzas de escritor añejo de ser comprendido
antes de morir al menos
o ser la piedra angular de algún Babel.
Después de jugar veinte veces a la ronda
con verano otoño
. primavera invierno
. verano otoño
cualquiera puede ser artista
para sosiego del olvido
cuyo empacho se pierde detrás de un Dios parece ser
y a los 90 todos nos creeremos
guerreros de luz que mendigan maná al cielo
sabiendo que minorías como el amor
. siempre son cazadas.

Tuesday, June 02, 2009

Un elefante se balancea muy alto

Imposible, si, alcanzarte con estas piernas
que si pregunto a mi madre
seguro no fueron concebidas para correr tras mujer
dirá ella, lamentaré yo
mas quién sabe si con las palabras que callo
corran los pensares hasta llevarte
a esa torre donde forjas tus abrazos de cota.
Yo en mi pantano me aferro
a la esperanza del último sorbo de azúcar
de ese tu corazón de mango,
iceberg entre whiskeys on the rocks.

Bicicleta estacionaria

Y ahora que los veo tan atentamente
recuerdo a mis quizá alegrs tatara tatara abuelos
pintando sus cuevas con fines inmortales;
los veo, los veo, los huelo en su miedo
a extinguirse de mis tatara tatara ojos
colgando en las ventanas sus gritos tribales
y sus nombres en mi pared ignorando
que mañana saquearé su historia
color rojo ladrillo de por medio

Una pregunta ha escapado del rebaño

La idea de pensar que mi cuerpo se circunscribe al contorno de mi piel
me parece tan absurda como que tu cuerpo
se limita únicamente al contorno de mi piel

Saturday, February 07, 2009

Salón de belleza

Ni tú
ni yo
ni nadie oímos
qué cantaban
las tazas de té
mientras quedaban vacías.


Galerías de nostalgia

Esa mala hierba

que crece en mi jardín,

en silencio vela

las noches ya no aqui;

la fe de los mañanas

abandona toda flor,

dejando sólo ortigas

y estambres sin sabor.


De esa luz que alumbraba

sólo queda la nostalgia

y hasta las galerías

de las hormigas laboriosas

hoy duelen de raices

que la atraviesan y destrozan

Sólo espero que esa hierba

que arranco hoy con mi puño

no se vengue, quien sabe, con los años

creciendo sobre mi tumba



Tuesday, January 20, 2009

Muralla


Bosques de armas mortales


me dan sus frutos de madre

sus órdenes divinas

mi pecado era tan grande


y aun esperaba redención


con un ridiculo intento de huída


cual árbol solitario en el cielo


que nada errante ante los ojos


quiza ciegos de sus ancestros


niveo lejos del rebaño


pretendiendo confundirme con las nubes

sabiendo que la paz


es otra guerra aún sin declarar