Sunday, July 22, 2007

Arroz con leche, te quiero cazar....

Matrimonio
(Del lat. matrimonĭum).
1.m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales


Es una palabra que ha estado rondando por mi cabeza como una mosca malintencionada. Base dos, señoras y señores, y los amigos empiezan a casarse y a tener hijos. En cuatro años de metamorfosis post-colegio he conocido amigos y he conocido parejas. Curiosamente ninguna continúa. ¿Cuántas veces ha encontrado alguien la persona que le ha hecho decir a uno "con esta persona me casaré y pararé el resto de mi vida"? Me faltan dedos, y me incluyo con cierta tristeza.

Asumí que después de la crisis quejumbrosa de la adolescencia, donde muchos podían llegar a pensar que un grano de arroz estaba en contra nuestra, pensé que el terreno de las expresiones sentimentales se allanaría en cierta manera. Obviamente, he vivido engañado toda mi vida.

Tener una relación es lo más parecido a una carrera universitaria. Y terminar dicha relación, a su vez, es lo más parecido a convertirse en un egresado, titulado en lecciones de convivenciosupervicencia, lo cual no implica que sepamos un diantre de lo que se trata una relación. Cuando uno sale de la protección y corta el cordón umbilical que alimenta regularmente el ego de tener a alguien a su lado, uno se pregunta: ¿Qué diablos viene después? Entonces tenemos que, en las féminas, a los veinte, empieza a germinar un calorcito en el corazón que las hace querer casarse y tasar a los hombres como prospectos. Entonces, empieza. Una se casa y la reacción es en cadena. Efecto dominó, efecto pop-corn, efecto sigue-la-corriente, o simplemente se pone de moda. Entonces empieza la competencia donde más y más se casan, y más y más se sienten solas, lo cual eventualmente conlleva a más errores.

Entonces comienzan las preguntas clásicas: ¿Y si nunca me caso? ¿Y si me quedo solterona? Entonces, las chicas que se casan después de sus amigas pasan a cazar a sus novios. Y que paradójica puede ser la vida. Los hombres son catalogados como "levanta-cualquiercosas," pero hay que ver lo que se "levantan" las chicas también en su afán de encontrar a sus galanes, a sus príncipes azules, a sus medias naranjas, a sus peor-es-nadas. Se agarran a los tipos más buenos para nada que pueden hallarse en Lima, patas que buscan un efímero agarre o, simplemente, otra madre.

Lo peor viene al momento de intentar de hacerles comprender que están obrando de manera equivocada, donde nos exponemos a prolongados intervalos de silencio, supresiones temporales de la amistad e incluso a agresiones físico-verbales. Hay sin embargo casos también dignos de pañuelos, como cuando dicen saber perfectamente y estar al tanto de que sus decisiones no son lo más lógicas o acertadas, pero que, aun así, sienten que los quieren y se aferran a ellos por sentirse preciados porque temen que nadie más lo haga después. Espero no pecar de insensible o de poco empático, pero comprendería un temor así a los 35 años... no a los 22 o 25! Lo más peligroso son las respuestas que podemos obtener, como un "pero mi mamá se casó a los 20 años" o un "pero yo quiero tener mi hijo a los 25." Nevermind...

Por otra parte, nunca he escuchado por parte de los hombres algún equivalente a este miedo femenino, sea porque la sociedad no trata con los mismos ojos a un hombre de 40 y a una mujer de 40. O quizá sea que a los 20 a los hombres simplemente les importa un pepino y quieren "vivir su vida" mientras que las chicas se empecinan en vivir en su mundo rosadito. Lo digo sin ánimos de criticar a nadie ni de apoyar a nadie, tampoco.

Unas amigas mías se pusieron a adivinar y a apostar, producto del aburrimiento, quién del grupo sería el primero en tener un bebé y casarse y todo lo demás. Siendo yo el único hombre del grupo, obviamente, me sentía avasallado y avergonzado, no porque el tema fuese tabú, sino porque me daban ganas de pararme al centro de ellas y decirles "yo quiero tener tres hijas, quiero tener una esposa a la que pueda amar con toda mi alma, quiero poder darle a esas personitas todo lo mío" y etcétera. O sea, yo también tengo sentimientos.

Y me puse a pensar cuán diferentes son las realidades que viven los chicos y las chicas en un determinado momento, a una determinada edad, y me pregunto yo: ¿en qué situación quedamos aquellos que no seguimos las corrientes de pensamiento común de nuestros congéneres? ¿qué pasa con aquellos que están sentados esperando a que llegue alguna persona a descubrir su maravilloso mundo interior y que son medidos con la misma vara con que se mide al resto? Con una relación fallida y con numerosos ejemplos alrededor mío, me he convertido en una persona asustadiza y temerosa. Desconfiado, diría yo, o quizá es simplemente que ahora me digo tres veces "piénsalo" antes de dar un paso.
¿Qué sucede en el lado masculino? Es algo que, probablemente, muy pocas personas se han puesto a pensar.

Por mi parte, yo me quiero casar algún día. Me quiero casar, que es muy distinto a querer cazar a alguien; me quiero casar y no me preocupa que pasen los años, o que no encuentre a la persona perfecta y nunca me case. Primero encontremos una persona que esté a la altura de mis expectativas, que sepa valorarme por quien soy y por mi mundo interior, que es inmenso, tierno, ingenioso, intenso... Me quiero casar, como también quiero la paz mundial y mil finales felices.

Multiversos

Contrario a lo que el grueso de las personas pueda pensar, los escritores carecemos de la sistematicidad y precisión de un relojero o un médico, pasando del paso uno al paso dos, del paso dos al paso tres. Con frecuencia, tenemos visiones entre sueños, entre líneas, entre personas, entre esperanzas, y por lo general, ahogámoslas todas en un solo universo que es un conjunto finito de lo que podemos ver. Mucho nunca ve la luz.

Sunday, July 01, 2007

Paí-Titi (Padre Jaguar)

He tenido miedo a llamarte
por ignorar si responderías o no

Hoy sé que no lo harás
y he perdido el miedo

el miedo arquitecto de un retorno
que no sabe de caminos

He tenido miedo de moverme
por estar a salvo de tu alcance

Hoy sé que, aunque existes,
y mi miedo eres tú

he perdido el miedo arquitecto
de galerías de nostalgia

He clausurado las trochas
que no arrivan a ningún lugar

He descubierto el azahár de tu pecho
que filtra el néctar de la vida

He de confesar, si lo preguntas,
que para calmar la duda, siempre pienso en ti.

Todas tus muertes

Somos gatos
tus mil muertes he llorado

Agazapados entre hierbas
emboscábamos recuerdos grises
¿lo recuerdas?

Robábamos siempre diez minutos
a ese viejo barbón en cueros
que siempre maldecía.
Huíamos a la copa más alta
y los saboreabamos, segundo por segundo.
Crecíamos grandes y fuertes
y nuestras dos mil mutuas muertes
hemos llorado siendo gatos y humanos.

Sin embargo tantas lágrimas
que pudieron regar praderas
y salvar de hambruna al mundo
han regado solo nuestras patas
que ahora pisan pesadas
y no escapan bien.

Y con algo de temor por aquel
amanecer que pueda venir mañana
maullo de mala gana
y temo no tener tantas vidas
para vivir todas tus muertes.

HA PASADO MUCHO TIEMPO

¿Qué océano es tierra de olvido?

La vista no llega más allá de las pestañas
y sin embargo hay mucho más que ver, extraña.
Te extraño, ¿me extrañas?

Hay miradas que no entiendo.
Ha pasado mucho tiempo.

¿Qué camino a ti conduce?

Los pasos se han quedado mudos y no ecan
y sin sonido no hay moción.
Somos como fantasmas, ¿somos?

Hay cansancios sin asiento.
Ha pasado mucho tiempo.

¿Qué abismo nos separa?

La tristeza ha madurado y dado flores,
flores dado bosques han, bosques encantados.
Si pregunto, extraña, ¿sabes?

Ha pasado mucho tiempo
y muchas vidas sin que sea aún tarde.