Wednesday, December 03, 2014

Salmos

¡Ay, Dios!
¿Hay Dios?
Varios
días,
noches,
lágrimas,
reproche
de amor,
de ansias
de letras
que no sacian
papeles
que tienen
la vida
ajena
a cuestas;
Mi dolor
ya no es mío.
Ya es frío,
ya es eterno;
el infierno
no asusta,
no los monstruos,
no la muerte;
hoy, la vida.
Hoy, de día,
pero noche
de lágrimas,
de heridas.
¡Ay, Dios!
Adiós
dolió
más que Hola,
más que Nada,
más desgarran
las palabras
que sus besos.
¡Ay, Dios!
No le dije
que la amo,
pero que
aún me late
el corazón.
¡Ay!, le dije
que la amo
en mi mente
y nada más
más no escucha
ni me mira.
Ya camina
por su senda;
no la mía,
no me espera.
Yo la lloro
y no dije
ni Adiós
ni Te Amo
A Dios
sólo pido
no más vida;
no suplicio,
no su cruz.
¡No más vida!
No me mira
ni se piensa
como amor
del que hablele
e ignoré
que era ella.
A Dios pido
misericordia
por haberle
empapado
esos ojos
que me olvidan,
me deboran
y no matan,
y me miran
y me hablan
de amor
y no puedo
contenerlo
ni seguir
sino vivo,
sino en ella
¿Hay, Dios,
redención
al pecar
por amor,
por amar,
por callar
por error?
Porque no
la amo
mas quisiera
que me quiera
aunque sepa
amarla no.
Odios
ebrios,
ciegos,
negros,
yertos,
como yo,
como la noche,
lúgubre,
estrellada,
empapada
de rocío
humano
y de reproches
y letras
y sombras
porque vi
caer tardes
noches lágrimas
dolorosas
y no hay tiempo
ni espacio
dónde
esconderse
por ser todo
innecesario.