Saturday, October 28, 2006

SALMOS

¡Ay, Dios!
¿Hay Dios?
Varios
días,
noches,
lágrimas,
reproche
de amor,
de ansias
de letras
que no sacian
papeles
que tienen
la vida
ajena
a cuestas;
Mi dolor
ya no es mío.
Ya es frío,
ya es eterno;
el infierno
no asusta,
no los monstruos,
no la muerte;
hoy, la vida.
Hoy, de día,
pero noche
de lágrimas,
de heridas.
¡Ay, Dios!
Adiós
dolió
más que Hola,
más que Nada,
más desgarran
las palabras
que sus besos.
¡Ay, Dios!
No le dije
que la amo,
pero que
aún me late
el corazón.
¡Ay!, le dije
que la amo
en mi mente
y nada más
más no escucha
ni me mira.
Ya camina
por su senda;
no la mía,
no me espera.
Yo la lloro
y no dije
ni Adiós
ni Te Amo
A Dios
sólo pido
no más vida;
no suplicio,
no su cruz.
¡No más vida!
No me mira
ni se piensa
como amor
del que hablele
e ignoré
que era ella.
A Dios pido
misericordia
por haberle
empapado
esos ojos
que me olvidan,
me deboran
y no matan,
y me miran
y me hablan
de amor
y no puedo
contenerlo
ni seguir
sino vivo,
sino en ella
¿Hay, Dios,
redención
al pecar
por amor,
por amar,
por callar
por error?
Porque no
la amo
mas quisiera
que me quiera
aunque sepa
amarla no.
Odios
ebrios,
ciegos,
negros,
yertos,
como yo,
como la noche,
lúgubre,
estrellada,
empapada
de rocío
humano
y de reproches
y letras
y sombras
porque vi
caer tardes
noches lágrimas
dolorosas
y no hay tiempo
ni espacio
dónde
esconderse
por ser todo
innecesario.

Miscelánea

En mi pared, una esperanza versátil e infinita, una imagen congelada enmarcada entre barrotes. Esta es la escena del raido retrato del anhelo de la libertad. No, la esperanza esta no es tan fuerte. Soy tan solo un ciego evadiendo la verdad. Mas ni el agua bendita ni las lagrimas visionarias limpiaran de mi rostro la apelmazada desidia y tedio, el infantil imaginario que con el calor de un fuerte abrazo pasara el ardor.

edad misericordiosa
despertar emociones clandestinas

tree answers

Olvida la paz que lastima
tu alma, ciénaga de heridas.
Ve, ida vida
en busca de una nueva rima

Saturday, October 21, 2006

Rosas

"¡Rápido, rápido. Préndela de una vez!!" Tum, tum, tum tum. "Espera, ya carga. Baja!" Puerta, cremallera, camisa, tum, tum, tum, zoom in, zoom out, tum, tum, cortinas, ventanas. Contengo la respiración. Click, click, click "¡Mierda, no se ve, no capta nada!" La luz entra densa como una niebla que va devorando en su luminocidad todo en rededor. "Es un sueño". "Quiza no, amor. Nunca antes habiamos tenido una noche juntos tan hermosa. Quiza es solo un regalo divino" Su mano acaricia mi pecho. Con un poco de esfuerzo pone su mentón sobre mis hombros y ciñe su cuerpo al mio. ¿Por qué tanto apremio? Fácil; anoche. durante unos minutos pasadas las caricias y el silencio de rigor, créaslo o no, toda luz fue rosa. No sé si se debería a la contaminación, el sol, Dios o los marcianos; los experimentos atómicos, las esperanzas, repentinas hadas, pero todo, hasta donde abarcaba la vista, había sido invadido por fotones rosados que daban a nuestras manos, a los maullidos felinos, a los arboles durmiendo y al pavimento frio y despejado frente a nuestros ojos una apariencia mágica, cual reino de confites, cual vista infrarroja, cual enamoramiento infantil, como esos sueños dulces que dejan el sosiego más aprecido a la paz al despertar, un instante robado a la eternidad, un escalofrío que te atravieza como un respiro profundo y espontáneo; casi como maná.

Tuesday, October 17, 2006

La fuerza del adiós




Una sonrisa tiesa
con el mismo rigor del horizonte
que bajo el inclemente sol
parece resquebrajarse;
una sonrisa, vencida y anhelante,
omitida;
una sonrisa nacerá de tus tibios labios,
y sus extremos, como un amanecer invernal
que se hace esperar,
se curvarán lentamente;
una tibia sonrisa nacerá de tus labios
y conquistará tus mejillas;
una sonrisa enternecerá tus facciones,
ablandará tus pómulos;
una sonrisa será puesta sobre tu boca,
crucificada sobre tu boca;
una sonrisa que viene y que va como el mar,
una sonrisa que a simple vista jamás acaba;
una sonrisa tomará por asalto tu sobriedad,
tu escudo;
una sonrisa se amotinará,
te complementará;
una sonrisa sellará los adioses.