Sunday, June 20, 2010

Ya que anoche la incógnita quedó en el aire, siento la necesidad imperativa de aclarar un poco un tema tan controversial como por qué despeinaría alguien a otra persona por cariño.

Mis amigos más cercanos saben ciertos detalles y extravagancias mías, como que me encantan los sabores raros como el helado de pimienta, me encantan los postres y generalmente pido dos o tres diferentes cuando salgo a comer, o quizá salir de mi casa a medianoche para caminar, escuchando música, fumando un cigarrillo y meditando, así como cortarme el pelo yo solo, entre otras peculiaridades.

El cabello siempre tuvo un significado peculiar. Quizá porque mi abuela era peluquera. Recuerdo que siempre se hacia la "permanente" y también recuerdo que cuidaba con celosas ganas su pelo de carnerito, esponjoso, enrulado. En cuanto alcancé la estatura necesaria y después de superar algunos dilemas existenciales de púber en crecimiento, empecé a despeinarla con todo mi cariño. Y si bien hasta ese momento no éramos muy unidos, ni éramos de darnos besos o abrazos, el despeinarla creó un vínculo peculiar. Curiosamente, la primera chica de quien me enamoré me cautivó por su cabello.Primero, negro azabache intenso y largamente lacio, con un brillo capaz de iluminar todos mis sábados. Luego el negro se convirtió en un fucsia fosforescente. Sin embargo, no. No es cuestión de fetichismo. No es una cuestión de cabellos bonitos o llamativos.

Fue así cómo el cabello adquirió un significado tan importante y personal para mí. Empecé a cuidar más del mío, a jugar con él, con diferentes peinados, incluso con colores. Desde hace un par de años no he vuelto a ir a una peluquería y me niego rotundamente a hacerlo. Probablemente si alguien de buenas a primeras se atreve a despeinarme, me molestaría terriblemente. Sin embargo, es tan bonito que te despeine la gente que quieres... ☺

Cabellos más, cabellos menos, despeinar a otros es mi manera personal de demostrar mi cariño con más que besos, abrazos o palabras bonitas

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