Sunday, June 20, 2010

La palabra que tanto esperas

Angie Hon

Las semillas de tu encanto van trayendo la imposibilidad de esperar a que todo sea perfecto para pugnar por el derecho a ser tu hombro, tus abrazos o el sueño aquel que jamás querrías compartir. Las semillas de tu encanto van creciendo desde que creí encontrar en tu silencio un deseo apresurado, en tus palabras un apoyo, en tu peculiaridad un espejo. Las primeras noches recuerdo que tu luz era intermitente; que a veces sonreías y a veces, no… y eso me hacía inseguro de mi mismo. Y como la inseguridad es un sentimiento apresurado, pero profundo, me quedaba en vela escribiéndote como si te hablara al oído, como si entendieras lo que digo.

A estas alturas, debería saber que para llegar a los corazones sinceros nunca hay atajos. Las palabras no son más que una añadidura que bien podría obviar, pues con palabras siento que no llego a tu corazón. Un dios insensato, uno de esos que andan desnudos por las nubes tendiendo puentes entre las almas con flechas puntiagudas, ha puesto en marcha algo que mi corazón humano no sabe detener. Tienes no más que cinco suspiros de edad en mi vida, pero ha sido más que suficiente para dejarme sin aliento cada vez que he pensado en abrazarte sin que se me ocurra alguna razón justificable.

Me pregunto si encontraré la victoria en tu corazón lleno. Me pregunto en qué piensas cuando se me escapa un te quiero. Me pregunto con qué sueños fantaseas en tu mundo y cómo es que construyes la realidad alrededor tuyo. Me pregunto si piensas que también hay quienes alrededor tuyo construyen parte de tu realidad y sueñan integrarla, compartirla; me pregunto si te das cuenta que hay alguien mirándote, a veces de lejos, a veces de cerca, esperando que en algún momento dejes de fantasear en tu propio mundo y que te prestes a lo que sea más propicio.

Debo tener cuidado de dar un paso en falso. Debo escalar tu mundo y vencer ese silencio que me hace sentir que mis palabras son más claras y sugerentes de lo que en verdad son. Lo cierto es que mi mente da siempre pasos en falso intentando mitigar sus limitaciones, pero ¿sabrá dar mi corazón pasos en verdadero para alcanzarte?

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