Sunday, November 26, 2006

La última cena


Nuestros ojos se acarician entre sí
Se sientan inválidos frente al otro
y se reflejan en sí mismos.
Tu boca se convierte en una rosa
que se abraza hacia adentro

Tomamos un café insipido quiza algo dulce
ya que en esta tarde nada en este mundo
logrará ser más amargo
comparado con el vasto silencio
que nos enfrenta indefensos

Ya no somos una hermosa fotografía
sino sólo un collage en el vil tiempo
que se ensepia
que veremos con ojos abiertos
y con aurículas cerradas

1 comment:

Anonymous said...

Muy bueno este poema Raul. Me hizo recordar algo que vivi que me hubiese gustado describirlo tan bien como tu lo hiciste.